DIVERSIDAD CULTURAL

 ¿Qué es realmente la diversidad cultural?

La diversidad cultural se refiere a las diferentes maneras en que las personas organizan su vida colectiva y expresan su creatividad. Esto incluye no solo idiomas, tradiciones, expresiones artísticas o sistemas de creencias, sino también modos de pensar, interpretar el mundo y relacionarse con los demás. En un mundo que cada vez está más conectado, la diversidad cultural debería verse como una riqueza y no como un obstáculo ya que, cada cultura aporta soluciones únicas a problemas comunes. Comprender la diversidad significa aceptar que ninguna cultura es superior a otra y que cada una representa una respuesta válida a la historia y geografía de su gente.

¿Qué es la educación intercultural? 

La educación intercultural no se trata solo de enseñar sobre otras culturas de forma anecdótica. Su propósito es crear espacios de comunicación real, donde la diversidad sea vista como una oportunidad de crecimiento personal y colectivo. Implicar cuestionar los prejuicios, fomentar la igualdad y dar a las personas herramientas para interactuar en un mundo multicultural. No solo se trata de aprender sobre otros, sino de aprender con los demás con una actitud empática y autocrítica. Esto quiere decir, por ejemplo, revisar nuestras propias acciones cotidianas para identificar dinámicas de exclusión que quizás no notamos a simple vista.

La globalización

Para entender plenamente la importancia de la educación intercultural, no podemos ignorar el contexto global en el que vivimos, donde las distancias geográficas ya no son un obstáculo para el intercambio entre cultural. La globalización ha facilitado el intercambio cultural, es decir, hoy en día podemos convivir, estudiar o trabajar con personas de distintas tradiciones, religiones, lenguas y formas de vida. Este suceso ha aumentado la diversidad cultural dentro de las sociedades, haciendo que sea cada vez más habitual encontrar contextos multiculturales en escuelas, pueblos y espacios públicos.

Sin embargo, la globalización tiene un lado positivo y uno negativo. Mientras que facilita el intercambio cultural, también promueve una cierta homogenización a través de la difusión de valores, productos y estilos de vida de algunas culturas dominantes. Esto puede llevar a la pérdida o debilitamiento de las culturas locales y tradicionales, que se ven desplazadas o simplificadas. 

Esta tensión entre diversidad y homogenización refuerza la importancia de una educación intercultural sólida. Educar en la valoración de las diferencias, en el respeto hacia las identidades culturales y en la crítica de los procesos de estandarización global se convierte en una necesidad. Formar ciudadanos globales no significa hacer que todos piensen igual, sino enseñar a convivir y colaborar respetando las diferencias.

Confusiones entre distintos términos

Uno de los grandes retos en el trabajo intercultural es aclarar conceptos que a menudo se confunden. Los más destacados son:
  • Cultura: es el conjunto amplio de valores, costumbres, conocimientos, normas y modos de vida que comparte un grupo. Una cultura puede incluir múltiples religiones, etnias y tradiciones.
  • Religión: es parte de la cultura, relacionada con sistemas de creencias espirituales y rituales específicos. Dentro de una misma cultura pueden coexistir diferentes religiones, y una religión puede estar presente en múltiples culturas.
  • Etnia: se refiere a un grupo que comparte características culturales, lingüísticas o históricas, y que se reconoce como distinto de otros grupos. No es simplemente un concepto biológico.
  • Nacionalidad: es una categoría jurídica y política, vinculada a pertenecer a un Estado-Nación en específico, no necesariamente ligada a la cultura o etnia.
Otra confusión común es asumir, por ejemplo, que todas las personas de la misma nacionalidad comparten la misma religión o prácticas culturales, lo cual invisibiliza la diversidad interna de los países y comunidades.

Riesgos de una visión superficial de la diversidad

Cuando la diversidad cultural se aborda de manera superficial, como por ejemplo limitándose a celebrar días de "comida típica" o "trajes tradicionales", se corre el riesgo de reforzar estereotipos. Esta visión trata a las culturas como si fuesen fijas, en lugar de reconocer su dinamismo y complejidad. Una educación intercultural crítica debe ir más allá, cuestionando las relaciones de poder, las narrativas dominantes y las formas de discriminación, haciendo visibles tanto las diferencias culturales como las injusticias que muchas veces las afectan.

Estrategias para una educación intercultural

Implementar una educación intercultural efectiva requiere un compromiso real para cambiar cómo se enseñas. Algunas estrategias que se pueden llevar a cabo son las siguientes:

  • Diferentes programas escolares dónde se incorpore la historia, el arte, las visiones del mundo y los aportes de diferentes culturas. de forma continua y no solo en fechas específicas.
  • Un lenguaje inclusivo que promueva el aprendizaje y el respeto hacia diversas lenguas, incluidas las de grupos minoritarios.
  • Crear foros y actividades que faciliten el intercambio de experiencias culturales auténticas, favoreciendo el pensamiento crítico y la escucha activa.
  • Visibilizar las migraciones y fusiones culturales, enseñando la historia de la migración, la colonización y la mezcla de culturas como un aspecto fundamental de la identidad de todos los pueblos, desafiando los mitos de la pureza cultural.
Colegio Jesuitinas

En mi colegio no existe una amplia diversidad cultural, pero sí se trabaja desde un enfoque intercultural educando en la empatía, el respeto y el reconocimiento de la diversidad humana. Pretendiendo así, preparar a los alumnos para interactuar con un mundo plural y complejo. Además, favorece la inclusión de quienes pueden aportar perspectivas y experiencias distintas. 

BIBLIOGRAFÍA

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